Descripción
El sulfato de amonio es un fertilizante muy recomendable para mejorar las características de los suelos arcillosos. Debido a su aspecto, podríamos pensar que en realidad se trata de un producto con los mismos efectos secundarios que la sal, es decir, que allá donde lo echemos, las plantas se deshidratarían, pero nos equivocaríamos.
A este sulfato, al que llaman también sal de azufre o amonio, es un fertilizante químico que cubre las necesidades de nitrógeno y que además aumenta la disponibilidad del fósforo y de los micronutrientes, permitiendo así el correcto crecimiento de las plantas. Está compuesto por amonio y azufre a modo de sulfato, el cual tiene un pH ácido, de modo que es aconsejable aplicarlo en suelos calizos y arcillosos.
El sulfato de amonio tiene un 21% de nitrógeno amoniacal y un 24% de azufre en forma de sulfato. Su presentación física es de cristales sólidos finos de color blanco, beige o grisáceo. La solubilidad que tiene en el agua es 76g/100ml de agua a 25ºC.
¿Cuáles son sus beneficios?
Se trata de un fertilizante que tiene varios beneficios para nuestras plantas. Son los siguientes:
- Tiene azufre en forma de sulfato, que es la única forma que pueden absorberlo las raíces de las plantas de manera inmediata.
- Aumenta la rentabilidad de los cultivos.
- Contiene nitrógeno y azufre, nutrientes esenciales para la formación de la clorofila.
- Se puede mezclar con otros fertilizantes.
¿Cómo usarlo?
El sulfato de amonio se usa para mejorar los suelos arcillosos o calizos, por lo que si tus plantas no terminan de crecer bien en este tipo de tierra, puedes echarles un puñado y esparcirlo de forma homogénea. Pero debes tener en cuenta que, al tener mucho nitrógeno, no se debe echar si las hortícolas ya están dando fruto, puesto que de hacerlo gastarían más energía en la producción de hojas.
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